El planeta más cercano al
Sol de nuestro Sistema Solar refleja mucha menos luz que nuestra Luna,
aunque sus composiciones son diferentes. Gracias a los datos de la
misión Messenger, que finalizó en abril de 2015, los científicos han
determinado cuál es la causa de su oscuridad.
Aunque
Mercurio es el planeta más cercano al Sol de los ocho que componen
nuestro Sistema Solar refleja mucha menos luz solar que la Luna. La
superficie oscura de este planeta ha tenido perplejos a los científicos
desde hace tiempo. En la Luna es la abundancia de minerales ricos en
hierro lo que provoca este efecto, pero en la superficie de Mercurio
estos son escasos. ¿Por qué es tan oscura?
Un
grupo de investigadores, liderado por Patrick Peplowski, del Johnson
Hopkins University Applied Physics Laboratory, ha estudiado los datos
recopilados por la sonda Messenger, que en abril de 2015 finalizó su misión después de cuatro años
orbitando el planeta más cercano al Sol. Entre la información que
reunió esta misión se pudo determinar que la superficie de Mercurio
había sido modelada por la actividad volcánica y gracias a los análisis
químicos que se hicieron se descubrió que, aunque pobre en hierro, era
rica en elementos como el azufre y el sodio.
Hace
un año varios científicos sugirieron que la oscuridad de Mercurio se
debía al carbono que se había acumulado de manera gradual a partir del
impacto de los cometas que viajaban por el interior del Sistema Solar.
En esta ocasión, y gracias a la investigación realizada con la
información de Messenger, cuyos resultados se han publicado en la
revista Nature Geoscience, han confirmado que en la superficie de este planeta hay carbono.
Según explica Peplowski, la composición de la superficie de Mercurio es única en el Sistema Solar.
"Es muy baja en hierro, de media menos del 2%, y muy alta en magnesio.
También tiene concentraciones de azufre, sodio y potasio más altas de lo
esperado, lo que indica que es una superficie que no se ha quedado sin
elementos volátiles como se pensaba originalmente". Larry Nittler,
investigador de la misión Messenger y coautor del estudio, también añade
que está compuesta de rocas volcánicas y el porcentaje de carbono es
mucho más alto que en las superficies de otros planetas.
Sin
embargo también han descubierto que este último material no llegó, como
se creía, con los cometas. Una de las hipótesis que se manejan es que se originase a gran profundidad.
Algunos fragmentos de esta corteza habrían emergido a la superficie por
los impactos de las rocas espaciales después de que la mayor parte de
la corteza actual de Mercurio se hubiese formado.
Peplowski cree
que llegó con los mismos materiales que formaron el planeta. "Sea lo que
sea lo que formó Mercurio - asteroides, polvo, etc - debía de contener
carbono". Nittler corrobora esta idea y explica que probablemente el carbono estuviese ya presente en los bloques iniciales
a partir de los cuales se creó Mercurio. "Entender por qué Mercurio
tiene más carbono en su superficie que otros planetas del Sistema Solar
interior es una cuestión importante para la investigación científica en
el futuro".
También explica Nittler que utilizaron el espectrómetro de neutrones
de la nave para determinar la distribución de carbono. "Hay un flujo
continuo de neutrones que llegan desde Mercurio debido a las
interacciones de la radiación, proveniente del espacio, con la
superficie del planeta. Cuando estos alcanzan el espectrómetro de
neutrones se produce una señal eléctrica que se analiza para determinar
la energía del neutrón". Con esta tecnología llegaron a la conclusión de
que el carbono está relacionado con el material oscuro del planeta,
y que probablemente se originase en las profundidades de la corteza.
"Utilizamos los neutrones y los rayos X para confirmar que este material
no está enriquecido con hierro".
Los datos combinados de las dos técnicas indican que las rocas de la superficie de Mercurio contienen grafito en su composición en
un porcentaje mayor que el de otros planetas. El grafito es el que
mejor se adecúa al espectro de reflectancia en las longitudes de onda
visibles.
En las primeras etapas de vida de Mercurio su
temperatura era tan elevada que gran parte del planeta estaba cubierto
por un "océano" de magma derretido. Una vez se enfrió este magma, los
experimentos que han llevado a cabo los científicos indican que la mayor parte de los minerales que solidificaron se hundieron, a excepción del grafito.
"Al ser menos denso que el magma derretido, se mantuvo a flote y formó
la corteza original de Mercurio. De la misma manera que el hielo flota
en el agua y una piedra se hunde", explica Nittler.
Estos resultados recalcan el enorme éxito de la misión Messenger y se añaden a la larga lista de diferencias entre Mercurio y sus planetas vecinos, añadiendo más pistas sobre el origen y evolución del interior del Sistema Solar.
Tomado de: http://www.msn.com/es-co/noticias/tecnologia/el-enigma-de-la-oscura-superficie-de-mercurio/ar-BBqryK6?OCID=mailsignoutes
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