Existen suficientes indicios científicos (y cada día se acumulan nuevos datos) de que nuestra Luna, no sólo es el satélite más misterioso de todo el sistema solar, sino que además, no reúne ninguna característica propia de un satélite, y mucho menos aún, de un cuerpo celeste tal y como los conocemos astronómicamente.
Para empezar, la Luna sigue la misma dirección rotacional que la tierra y gira más lejos al plano ecuatorial de la tierra. Algo insólito y muy poco común en un satélite. Pero lo más extraño es su enorme tamaño. Es una cuarta parte el tamaño de la tierra y su tamaño no está proporcionado a su masa. El satélite más grande del sistema solar es Ganímedes, una Luna de Júpiter, que mide 5.262 km. de diámetro, un tamaño que supera ampliamente el de Mercurio y Plutón. Pero estamos hablando de una luna jupiteriana. La masa de Júpiter es 318 veces la de la tierra… ¿Como es posible que en un planeta tan relativamente pequeño como el nuestro este circundando un satélite de 3.746 km de diámetro?
LA ÓRBITA NO ES NORMAL
Tampoco la órbita de la Luna es “normal”. Es mucho más circular que elíptica, y además se mantiene a una distancia de unos 384.402 km de la tierra y cada vez se aleja más de nosotros… Esto no encaja para nada en un satélite natural.
Si la Luna se hubiera formado a partir de nubes de gases con materiales residuales de la tierra en formación, entonces, ¿Porque sus elementos compuestos no se corresponden para nada con los de la tierra? Y más inquietante aún es su antigüedad. Los restos analizados apuntan a una antigüedad situada entre los 7000 y los 20.000 millones de años, eso es incluso anterior a la formación de nuestro propio sistema solar.
Si la Luna no se formó dentro del sistema, debemos pensar que llegó de afuera. Pero entonces tampoco encaja el hecho de que, de haber sido así, ¿Porque la Luna no compensó su inercia con la atracción de la tierra de la misma forma en que lo hacen el resto de satélites y se aleja cada vez más?
Algo escapa a nuestra comprensión y nos conduce a sospechar que pueda tratarse de algo más que un satélite o planetoide. ¿Es posible que la Luna sea hueca y en su interior albergue gigantescas bases controladas por seres que nos observan desde lo más antiguo?
Todos sabemos, que a no ser que en el Universo se haya desarrollado una tecnología muy avanzada, la visita de extraterrestres sería complicada por las enormes distancias que separan los sistemas solares.
¿No cabría la posibilidad de que se encontraran más cerca de lo que pensamos? ¿Y si estuvieran en la Luna controlando su experimento, es decir, nosotros?
Si investigan, comprobaran que aquí, en la Tierra, además de los avistamientos ovnis (creíbles o no creíbles) explicados por algunas personas, también hay otros misterios que no son fácilmente explicables ni atribuibles al ser humano. Pirámides antiguas cuyos bloques demuestran una perfección en el corte imposible de hacer si no es con un láser.
Iconos tallados en piedra con formas que delatan una presencia de seres avanzados, testimonios de pilotos del ejército que han avistado objetos extraños volando cerca de ellos, y lo más preocupante, los miles de documentos vetados a la opinión pública que versan sobre estos fenómenos. No digo que esto sea real. Lo que sí digo es que hay que dejar lugar a la duda, pues a lo largo de la historia muchas de nuestras creencias han caído por su propio peso para dar lugar a una realidad mucho más amplia.
Tomado de: https://www.facebook.com/ExplorandoEnigmasUniversales/photos/a.143697889307969.1073741828.143585189319239/218747005136390/?type=3&theater
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